Volvemos poco a poco… y empezamos una nueva etapa familiar.
Llevo un tiempo con el blog en pausa, pero estos días he sentido la necesidad de volver a escribir.
No solo para contar cómo estamos, sino también para dejar un pequeño camino por escrito, por si a otras familias les ayuda reconocer lo que están viviendo.
Estos meses han sido intensos.
Hoy quiero contar un pedacito de nuestra semana, porque marca un antes y un después.
Esta semana: informe del colegio y nueva cita con el pediatra
El colegio nos ha entregado un informe de observaciones sobre mi hijo.
Ha sido un momento importante: leer en papel lo que yo llevaba tiempo percibiendo, ver cómo lo viven en el aula, y sentir que por fin empezamos a ponerle nombre a lo que ocurre.
No ha sido fácil, pero sí necesario.
El siguiente paso es la cita con el pediatra, donde llevaremos el informe y empezaremos el proceso oficial.
No sabemos aún dónde nos llevará, pero sí sabemos algo: queremos entender mejor a nuestro hijo para poder acompañarlo de verdad.
Y como madre, también estoy revisando mis propias señales, mis propios “patrones”, mis impulsos, mi forma de funcionar.
Quizá este camino no sea solo suyo, sino también mío.
¿Por qué vuelvo a escribir?
Porque cuando una familia empieza a sospechar TDAH (o cualquier dificultad), suele sentirse sola, abrumada y con mil preguntas sin respuesta.
Y yo quiero que este blog sea:
un rincón sincero,
un lugar donde compartir pasos reales,
y una guía práctica para quien esté viviendo algo parecido.
No soy experta. Solo soy una mamá que está aprendiendo.
Pero eso también vale.
Nuestro “calendario de aprendizajes” de la semana
Una cosa que quiero hacer en cada post es dejar una pequeña lista de lo que vamos aprendiendo por el camino; una especie de resumen práctico.
Checklist de esta semana:
☐ Entender que el informe del cole no etiqueta, ayuda.
☐ Recordar que pedir ayuda no es rendirse, es cuidarse.
☐ Aceptar que cada niño tiene su propio ritmo, aunque no encaje en el estándar.
☐ Hablar en familia de lo que sentimos, sin juicios.
☐ Preparar la cita del pediatra con calma, anotando dudas y ejemplos reales.
☐ Celebrar cada pequeño avance, aunque sea reconocer un día difícil.
☐ Buscar momentos de conexión, aunque duren cinco minutos.
☐ Y, sobre todo, repetirnos: no estamos solos.
Seguimos…
Iré reactivando el blog poco a poco, contando lo que vamos viviendo y lo que vamos entendiendo.
Ojalá estas palabras acompañen a quien necesite oír que su familia también está haciendo lo mejor que puede.
Gracias por seguir aquí.
Un abrazo enorme.
La verdad, no creo en el tdah. Creo que hay niños más inquietos. Mi sobrino era un desastre y al final se centró y sacó una carrera. Un beso
ResponderEliminar