cumpleaños campestre

 
Lo posteo 20 días después porque este mes ha sido frenético. Increíble y ya voy solapando prácticamente con los preparativos de fiestas navideñas.
Como solo dispongo de un par de tardes libres a la semana es muy complicado tener las cosas al tiempo que me gustaría...

Bueno empezaré diciendo que pensé que quería que el cumpleaños de Jaume que cayó domingo, fuera especial para él. Pensar como si fuera una niña de cuatro años. Que no me quedara nada en el tintero. Quería disfrutarlo con él.
Los otros cumpleaños atendiendo las visitas y intentando que todo el mundo esté servido se me pasó lo que importaba ese día; él. Jugar, divertirnos, reír y dedicarle lo único que él hubiera preferido, TIEMPO.

Así que este año me puse el despertador bien pronto... y el día anterior le dije,
- Jaume mañana te despertaré y te diré Vamooos levantaaa que es tu cumpleaños!

Pero el niño estaba tan nervioso que se despertó una hora antes de lo previsto gritándome desde su cama que me levantara a despertarlo que él se iba a hacer el dormido.  ajajjaa para comérselo!!

La noche de antes le expliqué que el domingo íbamos a celebrarlo al parque que más le gustaba con la familia. Y que iba a poder jugar y correr con los primos un montón.

A pesar de que los sábado yo llego a casa sobre las 21.30 de trabajar, Jaume me esperó despierto para preparar dos bizcochos: Uno con chocolate para desayunar y otro de limón para soplar las velas con la familia.

El dos de noviembre unas vez despertados ,y habiendo botado encima de  la cama de Jaume  y reir sin parar de ver a sus papis haciendo el mono... nos lavamos la cara y fuimos a por el desayuno.

Con la leche nos comimos el bizcocho a tope de chocolate que preparamos . Y luego sin más preámbulos y sin esperar a nadie le dimos su regalo; Este año le ha caído el camión de bomberos de playmobil con dos muñequitos. SE puso como loco y quiso que encendiéramos la vela otra vez para que el bombero la apagara jajjaja

Mientras él jugaba un rato con su regalo tranquilamente , nosotros  preparamos cuatro cosas para el cumple campestre. Lo tenía más o menos listo del día anterior.

Nos llevábamos comida calentita en un tupper gigante, y como no podía ser de otra manera le tocaba elegir a él y quiso fideos orientales, le encantan. Comería eso a todas horas.

Quedamos allí con mis hermanas, sacamos los globos y los banderines, la mesa la comida y nos relajamos al solecito. Tuvimos un día de primavera sensacional y eso que entrabamos en noviembre.

 Los regalos y la tarta estaban en el coche porque el resto vendría después de comer y así soplaríamos las velas una vez.
Como Jaume ya había destapado su regalo, se le pasó la ansiedad de tener que abrir algo  y estuvo jugando con los primos en el parque mientras nosotros nos tomábamos un cafecito, justo arriba en la cafetería que había abierta en el mismo parque.



Desde lejos podíamos ver el chiringuito, del que sólo cogimos los bolsos. Total no había nadie más allí.

Pero de pronto volví a  mirar y nos faltaban las sillas. No me lo podía creer, estaba mirando todo el rato y no vi a nadie, mi hermana y yo echamos a correr a ver si alcanzábamos a ver a alguien y lo pillamos in fraganti.
Una señora mayor despacito cual caracol se fue llevando los sillones hasta la puerta de su casa, que era justo en frente del parque. Según ella creía que aquello se iba a quedar allí y que para que lo rompieran los gamberros se lo quedaba ella que le sacaría partido. Así como quien pregunta el precio del kilo de alcachofas.

Evidentemente las guardamos en el coche y recogimos lo demás. Pero nos entró la risa tonta y así estuvimos con el cachondeo hasta que vinieron los demás.

Como comimos tan pronto tuvimos mucho tiempo de sol, y Jaume estaba ya agotado cuando llegaron los abuelos. Volvimos a sacar la mesa de camping la llenamos de regalos y le cantamos. La verdad es que no le hizo mucho caso a los regalos, para que voy a mentir. EStaba eufórico de ver a toda la familia allí que sólo quería llevarse a sus primos de la mano para ir a chutar el balón.
Balón que acabo en el agua. Ya sabéis eso como funciona donde haya una charca allí caerá el niño o el balón, no falla.



Aprovechamos para dar una vuelta contar la anécdota volver a reírnos, hacernos fotos a rabiar... que barbaridad de fotos con esto de que todos llevamos el móvil a mano...

Xe, que bien lo pasamos. Nos dio tiempo de hacernos otro café y estar una rato de charreta antes de que empezara a irse el sol.

No tuve que barrer, ni tuve que servir, ni que recoger, ni que estar pendiente de que si lo peques se desmadran jugando y me rompen un cristal con el balón... nada. Comodidad total , pagamos los cafés y chimpum.

A este parque nos encanta venir, está en Agullent a cinco minutos de Ontinyent, pero aún así a Jaume le bastó para cerrar los ojos de cansancio camino a casa....










Comentarios

  1. Con los días tan buenos que está haciendo, da gusto celebrar cualquier cosa en el campo!! :)

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  2. Que pedazo de cumpleaños!!! El parque es chulísimo y la jornada mañanera todos saltando en la cama no tiene precio jajaja

    Lo malo la señora esa con más morro que espalda, pero al menos sirvió para poner la nota divertida ;)

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  3. Qué bien os lo pasasteis!!! Lo bueno de los picnics es eso que comentas de no tener que limpiar casi nada al terminar.
    Flipo con la señora de las sillas. Jajajaja. Besotes!!!

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