Cuando era pequeña, mi hermana menor y yo haciamos autenticas guerras de espiguitas de campo. Aquellas eran guerras infernales donde nos tirabamos al suelo mullido del campo de mis padres para escondernos y llenar cubos de espigas para atacarnos de imprevisto. Detrás de un arbol, de un muro, de una piedra gigante... saliamos entre risas y gritos de sorpresa pillando por el camino a los perros, dos pastor alemán, que evidentemente acababan peor que nosotras.
Recuerdo aquello con nostalgia, más que nada porque mis padres arreglaron aquella parte de la casa con piedra blanca convirtiendolo en una zona útil para aparcar los coches así que ya nunca más salió hierba ni espiguillas ni pudimos rebozarnos por allí.
Pero si volvimos a jugar cuando dabamos un paseo en el campo, que por suerte en mi familia eran habituales.
Cuando allá a lo lejos veiamos alzarse tiesas y verdes nuestras espigas de la guerrilla, nos mirabamos de reojo y la más rápida se llevaba el tallo más largo y lanzaba a la otra todas esas flechas verdes que se quedaban pegadas al chandal como garrapatas. No te digo nada del pelo... que en aquellos tiempos se llevaban rollo cleopatra , y salias de aquello con el pelo alborotado y lleno de espigas, flores manzanilla y por aquella zona dabas gracias sino no caias en algun zarzal de moras...
Que risas, que tierna infancia... me encanta recordar aquello. !
Así que cuando Jaume y yo dimos un paseo y las ví no me pude resistir. Le dije a Jaume... mira se cogen así con dos dedos, los deslizas hacia arriba cogiendolas de punta para luego poder ...zaas!
Al principio se quedó mirandome y creí que se iba a poner a llorar porque le había llenado el pantalón de algo que él no conocía... pero rapidamente le cogió el truco y tuvimos nuestra primera guerrilla de espiguitas!!
Se reia tanto que tuvo que parar a mear dos veces! si es que con las cosas más simples podemos pasar un buen rato.!!
Recuerdo aquello con nostalgia, más que nada porque mis padres arreglaron aquella parte de la casa con piedra blanca convirtiendolo en una zona útil para aparcar los coches así que ya nunca más salió hierba ni espiguillas ni pudimos rebozarnos por allí.
Pero si volvimos a jugar cuando dabamos un paseo en el campo, que por suerte en mi familia eran habituales.
Cuando allá a lo lejos veiamos alzarse tiesas y verdes nuestras espigas de la guerrilla, nos mirabamos de reojo y la más rápida se llevaba el tallo más largo y lanzaba a la otra todas esas flechas verdes que se quedaban pegadas al chandal como garrapatas. No te digo nada del pelo... que en aquellos tiempos se llevaban rollo cleopatra , y salias de aquello con el pelo alborotado y lleno de espigas, flores manzanilla y por aquella zona dabas gracias sino no caias en algun zarzal de moras...
Que risas, que tierna infancia... me encanta recordar aquello. !
Así que cuando Jaume y yo dimos un paseo y las ví no me pude resistir. Le dije a Jaume... mira se cogen así con dos dedos, los deslizas hacia arriba cogiendolas de punta para luego poder ...zaas!
Al principio se quedó mirandome y creí que se iba a poner a llorar porque le había llenado el pantalón de algo que él no conocía... pero rapidamente le cogió el truco y tuvimos nuestra primera guerrilla de espiguitas!!
Se reia tanto que tuvo que parar a mear dos veces! si es que con las cosas más simples podemos pasar un buen rato.!!
Aleeee!!! Que divertido. Te copio la idea. Yo no hacía eso de pequeña. Lo que me perdí. Pero nunca es tarde jajaja
ResponderEliminarjajajaj pues es desestresante a tope !! besos
EliminarYo también lo hacia. Además se suponía que los que te quedaban pinchados era el número de novios que ibas a tener (casi nada)
ResponderEliminarMadre mia pues Jaume me ha salido un don Juan porque se le quedaban todas enganchadas ejeheh
Eliminaryo también recuerdo jugar con mi hermano en el campo, igual acababas de barro y espigas hasta dentro de los calcetines jajajajaja
ResponderEliminarjajajja anda que por no quitarnos los zapatos aguantabamos ampollas o ibamos descalzos directamente. Diselo a los niños de ahora , ja!
EliminarBenditos juegos de infancia... Qué Play Station ni qué Play Station. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarpues si! y las abuelas contentas porque nos daba el sol y el aire y no apareciamos hasta la hora de comer jajajja
Eliminar¡Que divertido!
ResponderEliminarNovios les llamábamos mis amigas y yo en el pueblo. En la ciudad no había nada de eso.
Besos
jajajaja madre mia si es que los de capi no se enteran jajjaja
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