foto de Maxim Alonso. |
Y no sé cuantos años después, lo hemos visitado. SI esperas un castillo reformado y lujoso te llevas una decepción, en cambio si estás dispuesto a imaginar conforme el guía te va contando, todos los sucesos que se han vivido allí, la historia se convierte en algo mágico.
Con tanta serie televisiva de ambientada en épocas medievales, no cuesta nada imaginarse andar por allí frailes ,caballeros y duques.
La visita empezaba pronto, pero hubo mucha gente y tuvieron que hacer varios turnos. Se iniciaba con un video de 20 minutos y procedían a la visita guiada por dentro del monasterio para acabar en los jardines.
Peeeero cualquiera tiene a estos monstruitos sentados en silencio tanto tiempo, así que nos enganchamos a la visita directamente de la que sobreentendíamos muchas cosas, a la fuerza, para poder tener vigilados a los diablillos.
Tiene un paseo muy largo donde nos hicimos cientos de fotos. A la derecha había como una pinada y mucha gente preparándose para pasar el día.
Llegamos a la puerta y nada más cruzar la reja, y cobrarnos 4 euros por adulto, entrabamos en la plaza. Allí nos esperaba una mujer alta y delgada con una mesa con bollos, magdalena , café y zumo recién exprimido.
A la misma mujer se le salieron los ojos cuando vio que el chiringuito no le cubría ni a una cuarta parte de la gente que entraba y admitió que estaban un poco desbordados. Al final nos esperamos un poco y se apañaron bastante bien con los grupos. El zumo y los bollos ni los probamos.
Nuestro paseo recorre la entrada, la torre Mayor, la fachada principal, la Iglesia, la cocina y horno, sala capitular, almazara, caballeriza, jardines románticos, acueducto.
uno de los cuatro Claustros, y sus techos realizados con ladrillo y mortero de cal, a la manera mudéjar Fray Nicolás Borrás, pintor renacentista valenciano ingresó como monje en este Monasterio. Es considerado como uno de los más prestigiosos pintores valencianos de su época. La única obra de Nicolás Borrás que aún hoy se conserva en el monasterio es "La Santa Cena", una grisalla realizada al temple, que se encuentra ahora en la Almazara y antigua enfermería en la guerra.
En la desamortización española, los jerónimos se vieron obligados a abandonar el monasterio, por expropiación forzosa. Y no una sino varias veces en la historia.
La familia Trénor lo adquiere en 1843, a la cual se le debe la buena conservación y la transformación de los huertos en los jardines de estilo romántico.
Durante la Guerra Civil Española el monasterio fue convertido y utilizado como hospital militar y asilo para ancianos. En su uso sufrió importantes daños que durante la posguerra fueron restaurados por la familia propietaria.
La familia Trénor, a través de cinco generaciones, ha sabido mantenerlo y conservarlo con respeto.
Desde el 2005 y para mi gusto, el Monasterio está abierto al público.
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si esto era un merendero... no era un poco incomodo llegar a la mesa? |
Pues es una preciosidad el sitio!!! Yo creo que el hecho de no estar terminado de restaurar le da todavía más encanto. Un besote!!!!
ResponderEliminarno lo podría haber dicho mejor! encanto no le falta
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